En los primeros cinco días de este año nuevo, nuestro portal de noticias ha querido captar la valoración del Presidente de FEHR, José María Rubio, sobre las claves a tener en cuenta para 2012 en nuestro sector.
P- ¿Qué valoración podemos hacer del año que acaba de terminar en la hostelería?
R- Ha sido un mal año por varias razones: hemos bajado ventas, aumentándose los gastos. España ha recibido un mayor número de visitantes extranjeros que otros años. Esperábamos haber conseguido unas ventas como mínimo iguales al año 2010 pero no ha sido así. Por lo tanto, hay que catalogarlo de mal año.
P- ¿Qué podemos esperar del 2012? ¿Más turistas, o más ingresos entre los que vengan?
R- Es que el gran problema del 2011 ha sido que el cliente español ha salido menos y ha gastado menos. Nuestras ventas tienen una base muy importante en el mercado nacional, porque el español, cuando sale, aprovecha a comer fuera de casa, tomarse aperitivos y disfrutar de la noche. Al moverse menos, por falta de dinero, el consumo interno se ha resentido mucho. Los turistas gastan siempre aproximadamente lo mismo, porque llegan con paquetes preestablecidos, o con un presupuesto más o menos cerrado o con ofertas de “todo incluido”.
Para este 2012 las previsiones iniciales no pintan muy bien, hay poco dinero para gastar, pero que quiero ser optimista y esperar que a partir de verano mejoremos. Con la crisis muchos españoles han visto recortados sus sueldos o directamente perdidos sus empleos. Esperemos que se reactive un poco la economía con las medidas que aplique el nuevo Gobierno y que eso reactive el empleo y, en consecuencia, el consumo. A ver si a finales de año estamos un poco mejor y gozamos de un cierto optimismo, que es un elemento clave para que la gente salga más y consuma en restauración.
P- ¿Qué pide al nuevo Gobierno: más crédito para los pequeños y medianos empresarios?
R- El crédito es importante para todo. Los hosteleros, pero no sólo nosotros. Si fluye el crédito a todos los niveles, el dinero de pone a rodar: uno devuelve lo que debe y el otro paga con ese dinero otras deudas y así se mueve de nuevo la economía y se genera más consumo. Y entonces, ganamos puestos de trabajo y llega más vida para los que vivimos de la hostelería. También es necesario que nuestros empresarios tengan más acceso al crédito. Pero es clave reactivar el consumo interno.
P- La Federación de Hostelería siempre ha potenciado la formación y el asesoramiento a través de las Asociaciones Provinciales y de la propia FEHR. En épocas de crisis, el pequeño empresario, el gestor y el trabajador puede contar con esta patronal para seguir formándose, ¿no?
R- Sin duda. Nuestros grandes fundamentos, tanto para la FEHR como para las Asociaciones provinciales son estar al lado de todos los empresarios y potenciar la formación. Trabajadores, pequeños y medianos propietarios y también gestores tienen que contactar con nosotros y aprovechar el tiempo actual para formarse. La competencia es muy fuerte y deja a mucha gente en el camino. Hubo épocas de bonanza en las que se ponían al frente de un pequeño negocio y podían ganar dinero. Ahora hay que gestionar bien, mejorar la promoción y las inversiones: en compras, en contrataciones... Ahorrar pero con perspectiva. No recortar a todos los niveles, sino fijarse bien en dónde invertir una pequeña cantidad para mejorar el negocio o la facturación. Para ello estamos a disposición de todos. Tenemos expertos y técnicos que les ayudarán. Seguiremos en esta línea con una formación de calidad desde la FEHR.
P- Dicen los expertos que aún faltan dos años para ver la salida real de la crisis a todos los niveles. Los que tengan músculo podrán aguantar y formarse...
R- El problema es que hay miles de pequeños empresarios de restauración que ya no tienen músculo. La crisis puede ser oportunidad mientras se disponga de margen para moverse, formarse y replantearse el negocio. El problema es que muchos están ya en una situación que no les permite gastar más, pero tampoco cerrar porque no tienen derecho a paro. Y el mercado laboral no da margen para tantas contrataciones. Les pediría que no pierdan el tiempo. Que se asesoren, que se formen, y que se dejen ayudar para reorientar en lo posible sus negocios. Hay que luchar, seguir, trabajar y reinventarse en muchos casos.
P- ¿Qué pide al nuevo Gobierno? ¿Subvenciones, promoción?
R- Nosotros, la Hostelería española, nunca hemos querido pedir dinero ni subvenciones. Preferimos acceder a créditos baratos y, sobre todo, pedimos a las Administraciones que sean un ejemplo de gestión, que reduzcan gastos superfluos, que consigan que fluya el crédito y que nos den facilidades para invertir y hacer cosas. Hay una petición fundamental: reducir los problemas administrativos y las trabas en forma de trámites que sufren nuestras empresas. Unificar criterios y legislaciones entre las Comunidades Autónomas. No puede ser que, moviendo tu negocio un kilómetro, dispongas de condiciones legales y administrativas distintas dependiendo de la Comunidad a la que pagues tus impuestos. Eso es competencia desleal. Que se redacten menos leyes pero que se cumplan. Estimular el destino turístico español y conseguir que fluya el dinero para que la sociedad crezca. Si hay menos paro y más optimismo, salimos de la crisis y ganamos todos, también los hosteleros.
P- El Presidente Rajoy ha dicho en campaña electoral que la actual Ley antitabaco no le gusta...
R- A nosotros, tampoco. De hecho, hemos escuchado no sólo a Rajoy, sino también a la Vicepresidenta, referirse al tema respondiendo a cuestiones planteadas por algunas de nuestras Asociaciones. Los hosteleros siempre hemos dicho que no queremos humo en todos nuestros locales, pero tampoco ser más estrictos que el resto de países europeos de nuestro entorno. Un sueco, un luxemburgués o un francés no pueden entender, cuando vienen de vacaciones, que aquí seamos más restrictivos en cuanto a zonas de fumadores que en sus propios países. Al Pp sólo le pedimos que cumpla lo que propuso durante el trámite de la actual Ley antitabaco: una norma que respete escrupulosamente el derecho de todos los que no fuman, de los niños, de los trabajadores... pero también permita unas zonas acotadas y cerradas para fumadores: que se pueda disfrutar del ocio y de la restauración sin llenar las calles de fumadores, molestias por ruidos y locales vacíos.
En definitiva, una ley que, imponiendo las restricciones lógicas, permita respetar los derechos de todos los que acudan a nuestros locales. Y se puede conseguir, como en la mayoría de países de la Unión Europea.
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