Los hosteleros piden ´tacto´ a la hora de elegir las fechas de las obras

Los dueños de los bares de la tradicional plaza de San Clemente coinciden en que las obras de reforma que el Ayuntamiento tiene proyectadas, serían más molestas y perjudiciales de llevarse a cabo los trabajos en los meses con mayor afluencia de clientes. Especialmente molestas serían estas obras en verano o durante la Semana Santa, cuando una mayor cantidad de sorianos tendrían tiempo para acercarse a los bares de la plaza de San Clemente. A su vez, tanto los clientes como los comerciantes comparten opinión acerca del mal estado de la plaza, en especial de su mobiliario, aunque no todos ven necesario una reforma de la misma que incluya obras importantes.

"La reforma hace falta. Hace ya mucho tiempo que no se reforma la plaza y está un poco abandonada. Hay muchas cosas como el suelo que están rotas. Un arreglo de la plaza beneficiaría a los clientes y especialmente a los niños y a las personas personas mayores porque ya no habrá escalones", señalaron desde el bar Patata.

En el restaurante Di Marco fueron menos optimistas con respecto a los trabajos de mejora. "Las obras influirán mucho en la gente porque son muy molestas. Muchos clientes no se acercarían. En teoría sería mejor ahora porque es un momento malo, que cuando la situación esté mejor y haya más gente. Sería peor en temporada de verano u otras vacaciones. Pero aún así, sea cuando sea te mata el mes, porque los locales tienen que seguir pagando pero los ingresos se reducirían mucho. Luego también habría que ver cuánto tardan las obras en estar acabadas. Si tardan tanto como las de San Juan de Rabanera, por ejemplo, los comercios no se podrían mantener y la gente cerraría o a ver qué se hace".

Misma opinión comparten en el bar Poli, donde señalaron que "si la reforma es ahora bien, pero si es en Semana Santa fastidiaría mucho a los bares y a los clientes de la plaza".

También los clientes consideran los puntos a favor y en contra de las obras de reforma de la plaza de San Clemente. También en este caso hay opiniones enfrentadas. "Las obras son inevitables por un buen fin. La reforma es algo positivo a largo plazo pero una molestia durante el tiempo en el que se hagan las obras", explicó Raquel, una joven vecina de la capital.

"Será un engorro tanto para los comercios como para los que venimos aquí a tomarnos algo. Con obras de por medio mucha gente se irá a la plaza Herradores para ahorrarse la molestia", subrayó un soriano de mediana edad.

Diferente opinión tenía Vicente Martín, un soriano que lleva acudiendo a la plaza de San Clemente desde hace más de 50 años. "Hay escalones que son muy peligrosos para las personas mayores y también para los niños que juegan en la plaza. Estoy totalmente a favor de que se haga una reforma porque, a fin de cuentas, es para mejorar la calidad de vida de los que venimos aquí. Lo único que espero es que las obras no se prolonguen mucho. Si no duran mucho tiempo será una importante mejora para un sitio tan emblemático".
Por su parte, un joven soriano comentó que "esta reforma es muy importante y espero que esté terminada para las fiestas de San Juan, porque los escalones son muy molestos cuando la plaza está llena de gente".

Dos lugares con tradición

La plaza de Ramón Benito Aceña, más conocida como Herradores, y la del Tubo son los dos lugares más populares entre los sorianos a la hora de disfrutar de una caña, un vino o un pincho. Existe una importante diferencia en el perfil del cliente habitual de cada una de estas dos zonas debido al ambiente que existe en cada una de ellas.
Mientras que en la plaza Herradores hay un ambiente más animado y predomina el consumo de cañas de cerveza, en la plaza de San Clemente los clientes buscan un entorno más calmado en el que disfrutar de un vino acompañado de una tapa. También varía la temperatura, más fría en la plaza de San Clemente y cálida y soleada en la de Herradores. Esto también influye en la distribución de clientes, especialmente en la época veraniega.

"La plaza de Herradores es más ventajosa en el plano comercial, es más próspero y con más clientes entre semana. En cambio el Tubo es un lugar más de fin de semana. Pero después hay que ver el equilibrio económico de cada una de las zonas, porque más clientes suponen más camareros y más gasto. No es oro todo lo que reluce", añadieron desde el restaurante Di Marco.